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¿Maibalera por “María Balera”?

Los topónimos urbanos son, a la par que reflejo de una cultura de ámbito comarcal, provincial, e incluso nacional, una de las imprimaciones más propias del devenir de una comunidad local a lo largo de los siglos. Esto ha supuesto que sea muy común encontrarse denominaciones de calles que responden, no solo a la utilidad que les caracterizó antaño (Fragua), sino también a nombres que se establecieron de un modo tan particular que, pasado el tiempo, hacen difícil rastrear su origen.

El caso de la calle Maibalera es uno de esos pequeños enigmas que guardan encriptado su testimonio sobre parte de la historia del callejero de Alcaudete, y que se resiste a abrirnos el lacre que oculta el porqué de este nombre.

Pues bien, en esta entrada se va tratar de quitar los estratos que cubren esta cuestión, con el fin de que, por confirmación o por descarte de la hipótesis lanzada, se consiga saber que ocasionó esta referenciación nominal.

Un punto de partida interesante sería indagar en las respuestas generales y particulares de El Catastro de Ensenada para saber a ciencia cierta si este topónimo estaba ya implantado a mediados del siglo XVIII. Paula Alfonso no la menciona entre las denominaciones que registra en su estudio sobre la labor de los agentes regios en Alcaudete, quienes sí que anotaron nombres como calle Real de la Estación, calle de las Eras de Arriba, calle que va a los Molinos o plaza y calle del Mesón, por citar algunos ejemplos[1].

Entrados ya en la centuria siguiente, concretamente en 1819, dos vecinos de la localidad deciden visitar a don Matías Bonilla y Contreras, escribano público de la localidad, para registrar por escrito el acuerdo al que habían llegado. En el texto redactado por el notario municipal se decía:

 “…Benta real de una casa arruinada sita alas eras de María Balera de esta poblacion en fabor de Zacarías Arroyo.

En el lugar de Alcaudete  a diez y nuebe de diciembre de mil ochocientos y nuebe; ante mí el ynfraescripto Excmo. de [Su Magestad (que Dios guarde) principal] y único en este lugar y de los [lugares] que se dirán pareció Nicolás del Pino de esta vecindad y dijo: Que porsí y anombre de  sus hijos y subcesores, y de quien de él  i de ellos hubiere título, voz y causa en  qualquiera manera bende y dá en benta real y enajenacion perpetua por juro de heredad desde  hoy dia de la [fecha] en adelante para siempre jamas á Zacarías Arroyo de esta vecindad y a los suyos a saber: una casa a las heras de Maria Balera, que linda por solano con la calle por donde tiene su entrada, por Abrego y Gallego con casas de Eusebio García del Rosal y Lorenzo Jorge, por Zierzo, con otro solar de casa de Manuela Ollero…”[2]

Años más tarde, don Rufino Flores, en el manuscrito que realizaba siendo seminarista (allá por los años veinte del siglo pasado) describía este tramo urbano como travesía (junto Quiroga, Gonzalo, Gato o Ventura Angulo) anotando la denominación como May-Valera[3].

En 1935 los registros oficiales de carácter catastral registraban también como travesía este tramo urbano, con el nombre de Maivalera. Es interesante mencionar los datos adicionales que aporta esta fuente, tales como que la mayoría de las casas estaban construidas del siguiente modo[4]:

  • Muros de tapial y mampostería, revestidos de yeso que se revocaba con cal.
  • Estructura de madera (de carpintería ordinaria).
  • Suelos de loseta, excepto en el número 7, donde era de cemento
  • Cubiertas de teja
  • Solo se registraba una escalera de madera en el número 2.

Años más tarde, por fuentes orales, se sabe que el profesor Jiménez de Gregorio, cuando tuvo conocimiento de esta calle, apuntaba la posibilidad de que su denominación fuese fruto de la contracción de dos nombres.

Lanzada la hipótesis y hecha esta modesta aportación documental, queda abierto el campo para la aclaración de este topónimo, contribuyendo al enriquecimiento del conocimiento del pasado de Alcaudete, por medio del enlace del patrimonio intangible con el físico que supone esta vía dentro del caserío de esta jareña villa.

Cabecera de protocolo

 

[1] ALFONSO SANTORIO, Paula: “Alcaudete de la Jara en el Catastro de Ensenada. Año de 1752”, en Centenario de Alcaudete de la Jara. 100 años de villazgo (1911-2011), Excmo Ayto. de Alcaudete de la Jara, 2011, pág. 100.

[2] Archivo Histórico Provincial de Toledo, Protocolos Notariales, Protocolos de Alcaudete de la Jara, año 1819.

[3] Manuscrito de Rufino Flores Hita.

[4] Archivo Histórico Provincial de Toledo, Registros Catastrales de 1935, sig. 13984.