Las bibliotecas en Alcaudete de la Jara

            Uno de los rasgos que puede reflejar el nivel cultural de una comunidad puede ser la existencia de una biblioteca municipal, así como el número de textos y contenido de los mismos que se alojan en su interior. En Alcaudete de la Jara, al menos desde el siglo XIX, ya se destinaba una partida de libros para la creación de una biblioteca, en un contexto en el que la población que tenía la posibilidad de entender lo que ponía en aquellos libros (esto es, los que sabían leer y escribir), probablemente fueran menos que aquellas que se encontraban encarceladas en la oscuridad del analfabetismo. Para hacerse una idea de la situación se pueden aportar las siguientes cifras acerca de la comarca de la Jara, donde se inserta Alcaudete:

• En 1877, de un total de 26.046 habitantes,  21.559 no sabían leer ni escribir
• En 1887 la proporción era de 20.487 personas analfabetas, de un total de 28.100
• 1900, de un total de 30.140 habitantes, sólo sabían leer y escribir 8.622 personas
• En 1920 la cantidad aumenta a 10.112.
• En 1940 se logra alcanzar que 27.745 personas tenga esta competencia tan básica para el desarrollo humano

Siglo XIX

La asignación de bibliotecas populares fue una idea liberal progresista puesta en marcha a comienzos del Sexenio Democrático por Ruiz Zorrilla desde el Ministerio de Fomento, mediante el Decreto de 15 de enero de 1869, en el que se ordenaban la creación de bibliotecas populares en todas las escuelas de enseñanza primaria. El 18 de ese mismo mes se emitía otro decreto en el que se obligaba a todas las escuelas que se levantaran que estuvieran dotadas de estos “almacenes del saber”. El Ministerio mandaba lotes de entre 150 y 200 libros, que posteriormente se ampliaron a 300. Felipe Picatoste, verdadero motor del plan, redactó en 1870 una memoria en la que se detallaba la localidad y composición de las bibliotecas, entre otras informaciones. Uno de los objetivos era  paliar la incomunicación y alentar el carácter científico, artístico y literario, intentando equiparar a España con el resto de las naciones europeas. No obstante el Gobierno era consciente de la dificultad de la tarea, por su costo, y por eso buscó la colaboración voluntaria de alcaldes y maestros, debido a que se debían ubicar en los centros escolares. Además, era considerada como un primer paso, que debía tener continuidad, con el fin de completar adecuadamente estas bibliotecas en cada localidad[1]

            El 25 de mayo de 1872, la Dirección General de Estudios decidía destinar la colección número 305 a la escuela de Instrucción Primaria de Alcaudete de la Jara, con el fin de que sirviera de base para la creación de una Biblioteca Popular. Estaba compuesta por un volumen considerable de ejemplares, entre los que se encontraban silabarios, libros religiosos, de moral, textos para parvularios, lecciones de economía doméstica, de lengua y literatura, de historia, historia natural, o de física y química, por mencionar algunos[2]. El centro estaba dirigido por D. Ambrosio Ballesteros, a quien se le había asignado la plaza de maestro en 1867[3].

Siglo XX

En 1949 se creaba una Biblioteca Municipal en Alcaudete de la Jara. Años más tarde, en  1961 se reorganizaba, dotándola de una nueva infraestructura instalación en 1961. No obstante, en 1966 carecía de una persona que se encargara de dicha biblioteca, debido a la exigua cantidad con la que se remuneraba dicha actividad. En opinión del Patronato del Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas de Toledo, este era un problema común en aquellos municipios en los que no se podía presupuestar cantidades cercanas a las 20.000 pesetas anuales, con las que pagar el mantenimiento del centro y el sueldo del empleado, motivo por el cual, cuestionaban la puesta en marcha de más bibliotecas, si no se podía cumplir esta  premisa, debido a que, en base a lo experimentado hasta el momento, si el bibliotecario o bibliotecaria no estaba lo suficiente remunerado, terminaba abandonando el puesto o resultando ineficaz. A pesar de este obstáculo, la biblioteca de Alcaudete de la Jara, se encontraba, en 1966, entre las quince bibliotecas municipales que en dicho año existían en la provincia de Toledo[4].

Respecto a las preferencias de los usuarios de este servicio, a mediados del 1966, se encontraban[5]:

Como se puede apreciar en la tabla, el mayor número de lecturas variaban en función del mes y de la materia. De esta forma los textos de temática científica tenían su mayor demanda en febrero y marzo, para decaer posteriormente hasta junio, mes estival en el que parece repuntar ligeramente.

Los préstamos de libros de literatura tienden a aumentar a medida que se aproximaba el verano, de forma parecida lo hacían los de temática general, si bien el aumento de estos últimos era más atenuado.

Sin duda alguna, los que más solicitados estaban eran los de lectura infantil, que en mayo y junio llegaban a alcanzar las tres cifras, siendo su proporción superior en cinco veces a los libros de temática general, más del triple que los de literatura, y siete veces más que los préstamos de libros de ciencias.

Quizá las cifras aportadas pueden ser susceptibles de lecturas diversas. La primera podría ser la diferente proporción de libros existentes en los fondos que tenía la biblioteca. Hay que tener en consideración que las obras de carácter científico siempre han solido tener un mayor precio, lo que puede resultar un obstáculo para la adquisición, por parte de un municipio que, como se ha reflejado, no gozaba de un presupuesto muy elevado para estos fines. Este mismo motivo económico puede ser la causa del mayor uso de libros infantiles y de literatura.

Por otra parte, también puede ser reflejo del nivel cultural de la población, así como de las posibilidades económicas de la misma. Hay que tener en cuenta que, desde finales de los cincuenta, y durante la década de los sesenta tendrá lugar un proceso migratorio que afectará seriamente a la demografía de Alcaudete de la Jara[6]. Este movimiento poblacional pudo deberse tanto a la industrialización y despegue económico que empezaba a experimentar España, tras su apertura al exterior y el Plan de Estabilización de 1959 (bastante duro para la población hasta 1961, cuando comenzó un ciclo expansivo)[7]. Pero, esas gentes se pudieron ver impulsadas a salir de su tierra natal, en busca de mejores oportunidades en otros lugares, desplazándose  a países como Alemania o Suiza. Quizá esto explica el menor uso de libros de carácter científico de los fondos de la biblioteca de Alcaudete, ya que era necesario satisfacer necesidades más básicas que una formación académica que no estaba al alcance de lo más necesitados.

Sea por los factores citados, o por otros no expuestos, sería interesante abrir una línea en este sentido que, con la aportación de datos procedentes de diferentes fuentes (productos comprados por la población, fuentes orales, comercios, o asistencia médica, por citar algunas) logrará un retrato lo más fiel posible de la sociedad alcaudetana de los años sesenta.

Ilustración 1. Sección infantil de la Biblioteca Municipal de Alcaudete en 1966. Fuente: Revista Provincia de  Toledo, primer trimestre de 1966, núm. 53, Diputación Provincial de Toledo, pág. 33

[1] SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Juan, “La lectura pública en la provincia de Toledo (1797-1997), Toletum, Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, 1998, segunda época, Núm. 38, pp. 10-42; MONTERRUBIO PÉREZ, Ángel, La instrucción pública en Talavera de la Reina en el siglo XIX, Excmo. Ayto. De Talavera de la Reina, Talavera de la Reina, 1998, pp. 207-208.

[2] Gaceta de Madrid, Núm. 103, 15 de abril de 1873, pp. 123-124

[3]El Tajo. Crónica semanal de la Provincia de Toledo, Núm. 36, sábado 7 de septiembre de 1867, p. 143.  Gaceta de Madrid, Núm. 103, 15 de abril de 1873, pp. 123-124.

[4] Provincia de Toledo, Diputación de Toledo primer trimestre de 1966, núm. 53, págs. 33-34.

[5] Provincia de Toledo, Diputación de Toledo primer trimestre de 1966, núm. 53, págs. 33-34.

[6] JIMÉNEZ DE GREGORIO, La villa de Alcaudete de la Jara. Notas para su geografía e historia, ARC El torreón, 1983, pág. 16.

[7] MOLINERO, Carme e YSÀS, Pere, Historia de España XVIII. Historia Contemporánea. Historia política (1939-2000), Istmo, Madrid, 2001, págs. 126-127.